Los chips que realizan estas funciones están casi tan estandarizados como los de las tarjetas de sonido; muchos fabricantes usan los mismos integrados, por ejemplo de la empresa Rockwell, y sólo se diferencian por los demás elementos electrónicos o la carcasa.
La velocidad del módem
Resulta sin duda el parámetro que mejor define a un módem, hasta el punto de que en muchas ocasiones se habla simplemente de "un módem 33.600", o "un 14.400", sin especificar más. Estas cifras son baudios, o lo que es lo mismo: bits por segundo, bps.
Se debe tener en cuenta que son bits, no bytes. En este contexto, un byte está compuesto de 8 bits; por tanto, un módem de 33.600 baudios transmitirá (en las mejores condiciones) un máximo de 4.200 bytes por segundo, o lo que es lo mismo: necesitará como poco 6 minutos para transmitir el contenido de un disquete de 1,44 MB.
Por cierto: sólo en las mejores condiciones. La saturación de las líneas, la baja capacidad que proporcione el proveedor de acceso a Internet, la mala calidad del módem o de la línea (ruidos, interferencias, cruces...) suelen hacer que la velocidad media efectiva sea mucho menor, de 3.000 bytes/s o menos. Saber cuál de éstos es el factor limitante resulta vital para mejorar nuestro acceso a Internet.
Asimismo, no se debe confundir esta velocidad nominal (la que se supone que podría alcanzar el módem, por ejemplo 33.600 baudios) con la velocidad de negociado, que es aquella que se nos indica al comienzo de una conexión a Internet; esta última es aquella que en principio, y en ese momento, ha identificado el módem del otro lado de la línea como válida, y tiene poco que ver con el rendimiento que obtendremos.
Así, una conexión en la que la velocidad de negociado ha sido de 31.200 baudios podría acabar siendo mucho más rápida que otra en que se han alcanzado los 33.600. Sólo debe tenerse en cuenta este valor cuando es anormalmente bajo (como 14.400 con un módem de 33.600) o cuando nunca alcanzamos la velocidad máxima (lo que puede indicar que el módem, la línea o el proveedor son de mala calidad).
Las normas de comunicaciones
Las transmisiones de datos por vía telefónica se basan en una serie de estándares internacionales que deben cumplir los dispositivos implicados en la comunicación. Cada norma define una serie de parámetros tales que permiten la correcta comunicación a una cierta velocidad.
Así, cuando se dice que un módem cumple con la norma "V.34", quiere decir que es un módem que cumple una serie de especificaciones tal que le permite comunicarse con módems de esa velocidad (y usualmente de cualquier velocidad inferior a ésa). Las normas más importantes son:
Además de estos estándares, existen dos pseudo-estándares (no son oficiales) para las transmisiones a 55.600 baudios: el "K56flex" y el "x2". Son incompatibles entre sí; el de más éxito en España parece ser el K56flex de Rockwell, aunque el x2 se usa mucho en Estados Unidos; estos pseudo-estándares se resisten a ser sustituidos por la norma oficial V.90 debido al excesivo tiempo que tardó en aparecer ésta.
La velocidad interna PC-módem
A falta de un nombre mejor, es como designaremos a la velocidad con que se comunican entre sí el PC y el módem, bien sea éste interno (en cuyo caso lo hará mediante el bus ISA), bien sea externo (mediante un cable conectado a un puerto COM).
Esta velocidad puede (y debe) ser mayor que aquélla a la que se están comunicando nuestro módem y el módem remoto. Cuanto mayor sea el flujo de información entre nuestro ordenador y nuestro módem, más libre estará éste para ir dando la información que recibe del exterior y mejor será el rendimiento, sin cuellos de botella que lo ralenticen.
Por ejemplo, si ambas velocidades fueran iguales (por ejemplo de 28.800 baudios), si el módem estuviera recibiendo un caudal constante igual a esos 28.800 baudios y deseáramos darle una orden ("dile al servidor remoto que quiero otra página", por ejemplo), debería cedernos parte de esos 28.800 baudios para que le pudiéramos "hablar", lo que causaría un desfase en la transmisión y una ralentización del proceso. Y si por algún motivo tuviéramos la suerte de conectar unos instantes a más velocidad de la normal (lo que se denomina un "pico" en la transmisión), no podríamos aprovecharlo porque hemos puesto el tope en la velocidad nominal.

Siendo prácticos, digamos que la velocidad interna ideal para un módem 55.600, 33.600 o 28.800 son 115.200 baudios (como vemos, mucho mayor de la nominal), mientras que para un módem 14.400 es 57.600 baudios. Sin embargo, a veces resultan excesivamente difíciles de controlar estos valores y deben seleccionarse valores inferiores, como por ejemplo 38.400 baudios para un módem 14.400. En Windows 95 se seleccionan como una opción más del módem, con el críptico nombre de "velocidad máxima".
Quien limita estos valores, proporcionando o no soporte a estas velocidades, es la tan comentada UART, de la que trataremos a continuación.
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