La UART
Se trata del chip que controla los puertos serie del ordenador. En el caso de los módems internos no tiene especial importancia, ya que suelen traer la suya, preparada para la velocidad que necesitan. Los externos, sin embargo, puesto que se conectan a uno de los puertos COM ya existentes en el ordenador, dependen de la velocidad de la UART de éste.
Las UART se designan con un número de referencia. Si bien han existido varios modelos en los casi veinte años de vida de los PCs, los más comunes han sido el 8250 y el 16550. La 8250 es el modelo clásico, que se usó hasta mediada la vida de los 486; es capaz de manejar sin problemas módems hasta de 14.400 baudios, pero resulta insuficiente para módems más rápidos.
La 16550 es un modelo mucho más avanzado que llega a proporcionar velocidades internas PC-módem de hasta 115.200 baudios, más que suficientes para módems de 28.800, 33.600 y 55.600 baudios. Además de un diseño más complejo, tiene buffers de memoria en los que guardar información hasta que pueda ser procesada.
Otros modelos son la 16540, que es un modelo de transición entre ambas y que como mucho puede manejar módems de 28.800 baudios, aunque ya con ciertas mermas de rendimiento, y las diversas variantes y mejoras de la 16550 (16550AF y muchas otras de número de referencia superior).
Para identificar el modelo de UART presente en un ordenador se suelen usar programas software que detectan el hardware, aunque los resultados no siempre son exactos. Uno de estos programas es el MSD de Microsoft, que viene con las últimas versiones del DOS, así como en el CD de Windows 95 (si bien no se instala por defecto y debe hacerse a mano). Es un programa para DOS, como casi todos los que realizan estas tareas, y aunque es poco fiable presenta la ventaja de que casi seguro que disponemos de él.

Tanto en el MSD como en otros programas, si el programa detecta una UART 16550 o superior es casi seguro que ha acertado; sin embargo, si detecta una 8250 puede que no sea correcto y en realidad sea un modelo más avanzado. Otros programas que detectan el hardware del ordenador son CheckIt, Agsi, PCConfig o Hardware Info; todos ellos pueden localizarse y obtenerse en Internet, en la dirección www.shareware.com o bien mediante Yahoo u otros buscadores.
Para cambiar una UART que resulta insuficiente para instalar un módem externo de cierta velocidad, deberemos cambiar la tarjeta que controla los puertos COM. En dicha tarjeta, generalmente ISA, es donde se encontrará la UART y los chips para el soporte de puerto paralelo, así como en ocasiones para la disquetera y los discos duros IDE. En los ordenadores más modernos estas habilidades vienen integradas en la placa base, o al menos el soporte para discos duros. En muchos casos no hará falta sustituir la tarjeta, sino que bastará con deshabilitar mediante unos jumpers en la misma el soporte de puertos COM y habilitarlo en la nueva tarjeta, que añadiríamos sin quitar la antigua. Estas tarjetas (también conocidas como de I/O) son muy baratas, menos de 5.000 pts, pero resultan cada vez más difíciles de encontrar debido a la integración de estos componentes en la placa base.
Por cierto, tengo entendido que algunos módems internos carecen de UART o bien no la configuran adecuadamente, por lo que es como si no existiera e intentan usar la del ordenador, lo que puede dar problemas de rendimiento, de conflicto entre dispositivos o complicar la configuración del módem. Si el rendimiento de su módem interno no parece el correcto y la UART de su ordenador es un modelo antiguo, quizá sea su caso. De todas formas, esto no parece ocurrir en módems "de marca".
Los módems de ¿55.600 baudios?
...En realidad, de bastantes menos. Estos módems, también conocidos simplemente como de "56 K" (un redondeo al alza que no se corresponde con la realidad), utilizan una serie de trucos para aprovechar mejor la línea telefónica y poder recibir información a esta velocidad... a veces.
Los problemas de esta tecnología son:
- al otro lado de la línea (por ejemplo en el servidor de su proveedor de Internet) debe existir un módem que sea también de 55.600 baudios, y además del mismo tipo (ya que existen tres estándares distintos);
- esta velocidad se utiliza sólo al recibir información, al mandarla la velocidad máxima es de 33.600 baudios (aunque en Internet lo más común es recibirla);
- si en el camino la señal es transformada múltiples veces (lo cual puede ocurrir, por ejemplo, si se encuentra a gran distancia de su proveedor, lejos de un núcleo urbano o usa una centralita), resulta imposible utilizar esta tecnología;
- la línea telefónica debe ser de alta calidad; si no se conecta a 33.600 baudios sin problemas, seguro que no podrá hacerlo a 55.600.
Por todos estos motivos, la velocidad máxima real serán unos 45.000 baudios de media, suponiendo que todos los factores colaboren y las líneas no estén saturadas (lo cual desgraciadamente no es muy común). Respecto a la distancia máxima ideal hasta el proveedor o la central telefónica correspondiente, se recomienda que sea menor de 3,5 millas (unos 5,6 Km).

Sin embargo, puede merecer la pena adquirir un módem de este tipo si sabemos que nuestro proveedor lo admite y nuestra línea es de calidad, ya que cuestan poco más que los de 33.600 baudios y si no son capaces de alcanzar los 55.600 funcionarán como módems normales a 33.600 baudios, que no es poco. A este respecto, recuerde que en España se usa mayoritariamente la norma K56flex, con la que son compatibles la mayoría de los módems V.90, pero no todos.
De cualquier forma, recuerde que el factor más limitante suele ser un mal proveedor, y que siempre conviene comprar un módem de calidad contrastada de 33.600 baudios (un US Robotics, Diamond, Sitre, Zoom, Motorola...) antes que uno de 55.600 de padre desconocido...
La RDSI
Es decir, la Red Digital de Servicios Integrados (ISDN en inglés), o lo que es lo mismo: la línea de teléfono digital. Lo que distingue a estas líneas no es el cable, que en la mayoría de los casos es el mismo, sino el método de utilizarlo: se utiliza la línea telefónica digitalmente en vez de analógicamente, lo cual implica que la cantidad de información transmitible por la línea es mayor.
Digitalizar cualquier cosa siempre implica perder una infinitesimal cantidad de información de la señal analógica original, pero en el caso de la voz resulta imposible de percibir para cualquier ser humano (y para muchas máquinas). A cambio obtenemos un mayor ancho de banda (cabe más información) y mayor pureza de señal (una vez digitalizada no se pierde información).
Una línea digital común tiene un ancho de banda de 128 kilobaudios; sí, ¡128.000 baudios!, que pueden repartirse en dos canales de 64 Kbaudios. Así, podemos tener dos líneas de teléfono, o una línea de teléfono y una conexión a Internet de 64.000 baudios, o una conexión a Internet de 128.000 baudios. Y son cifras reales y absolutas, no como los 55.600 baudios de los módems de que hablábamos antes...
La pega suele ser económica, claro. Estas líneas cuestan más dinero al contratarlas y mensualmente, además de que los proveedores de Internet piden un extra a quienes quieren conectarse a estas velocidades, lo que es lógico si pensamos en que un solo cliente que se conecta a 64.000 baudios ocupa ancho de banda como dos o tres con módems normales de entre 14.400 y 33.600 baudios, y el proveedor paga bastante por dicho ancho de banda.
Por lo demás, instalar y manejar una conexión a Internet por RDSI no es mucho más difícil que hacerlo con una normal, y muchas veces se ofrece incluso un paquete que incluye la contratación de la línea con Telefónica (o Retevisión o quien sea), la tarjeta RDSI, la conexión a Internet y la instalación a domicilio de todo.
Por último comentar que estas conexiones se realizan mediante un aparato similar a un módem que, al ser casi siempre interno, recibe el nombre genérico de tarjeta RDSI y que no resulta excesivamente caro. Dispone de sus propias UART especiales capaces de alcanzar esos 128.000 baudios, por lo que no debería depender de las capacidades del ordenador; pero debido a la gran cantidad de información a manejar y a que se supone que buscamos un rendimiento adecuado (si no, mejor no gastarnos tanto dinero), el ordenador deberá ser medianamente potente, un 486 o preferiblemente un Pentium.
